Acerca de mi

Este mundo en el que vivimos es cada vez es más exigente con los buenos profesionales y la rutina y el estrés están cada vez más presentes en nuestras vidas. Para combatir este inconveniente y mantenerte siempre al 100%, necesitas una manera de evadirte y desconectar de vez en cuando.

En mi caso, soy un gran aficionado al trail. Me encanta disfrutar de la naturaleza y de mi familia. La práctica del trail me proporciona un momento de reflexión, pasión y exigencia personal que transmito a todos los proyectos en los que me involucro. A veces los mejores momentos los tenemos delante, pero somos incapaces de disfrutarlos. Por eso también me gusta dedicar tiempo a mi familia.

Breve historia personal

Siempre me ha interesado el funcionamiento de las cosas. Desde muy pequeño ya empezaba desmontar todos los aparatos que encontraba.

Con el primer ordenador que tuvimos en casa me empezó a picar el gusanillo de la informática y la programación. Un curso de C++ hizo que me diera cuenta de que no podría dedicarme exclusivamente a la programación.

Durante algunos años me dediqué al mundo de las instalaciones. Ahí descubrí mi pasión por el montaje de elementos como antenas, cuadros de distribución, etc., así como la satisfacción que proporciona el trabajo bien hecho.

Pero cada vez me llamaba más la atención la parte electrónica de los componentes que instalaba, ya que en muchas reparaciones tenía que acceder a la placa base para solucionar la avería. Y, al mismo tiempo, vi que la instalación de elementos estructurales también me apasionaba.

Después de ver cómo muchos compañeros eran cesados de su puesto por la dirección de la empresa, debido a la crisis que azotaba al sector de la construcción, llegó abril de 2011. En ese momento la empresa me comunicó que dejaba de contar conmigo.

Una nueva etapa en mi vida se abría. Al igual que una nueva oportunidad para reinventarme, ya que el mercado en el sector que trabaja estaba totalmente destrozado por los efectos devastadores de la crisis.

Después de reflexionar llegué a la conclusión de que para ganar hay que arriesgar. Aunque únicamente tenía dos años de derecho al subsidio por desempleo y los estudios superiores duraban cuatro años, pensé: "Alguna cosa saldrá; siempre he trabajado y estudiado; siempre he conseguido lo que me he propuesto".

Cuatro años después me gradué en Ingeniería Mecánica por la Universitat Jaume I de Castellón y realicé el Máster en Ingeniería Mecatrónica en la Univeridad Politécnica de Valencia.